La historia de este Brandy de Jerez arranca en 1865 y, desde entonces, no ha hecho más que enraizarse en las costumbres y la cultura del país. Famoso por el caballo cartujano de su emblema y por la clásica redecilla de seda artesanal que desde 1905 cubre sus botellas, el Brandy Terry se elabora a partir de la variedad de uva Arién y envejece por el sistema tradicional de criaderas y soleras en botas de roble americano previamente envinadas con los mejores vinos de Jerez, lo que le aporta su legendaria suavidad y delicadeza.